El otro día comentábamos que, en los campeonatos de Europa de piscina corta, Mireia Belmonte se unía al selecto club de los nadadores españoles que habían conseguido batir un récord del mundo en natación. Pues bien, en menos de una semana, otro nadador español batía un récord mundial en este deporte. En este caso, se trata de Aschwin Wildeboer. El nadador de ascendencia holandesa marcó un nuevo récord en los 100 metros espalda durante los campeonatos de España en piscina corta.
Wildeboer le arrebataba el récord al ruso Stanislav Donets, en la primera posta de los 4x100 estilos, parando el crono en 49.20. El nadador de Sabadell completa así un año espectacular, donde ha batido doce récords de España en pisicna corta, cuatro en piscina de 50 metros, dos de europa de en piscina corta y, además, fue el único nadador español que consiguió clasificarse para una final en los pasados Juegos Olímpicos. A todos estos logros le unió ayer el récord mundial.
Con este hito, Wildeboer se une a Mireia Belmonte como los únicos nadadores nacidos y entrenados en España que han conseguido batir un récod mundial, ya que los otros españoles que también alcanzaron esta hazaña no cumplían dichos requisitos: López Zubero entrenaba en Estados Unidos y Nina Zhivanevskaya nació en Moscú.
Esta última semana, el rumbo de la natación española parece haberse enderezado y, después de una malas Olimpiadas, parece que las perspectivas de futuro son bastante halagüeñas. Con estos nadadores jóvenes, podemos ser optimistas de cara a los próximos mundiales de natación y a la cita olímpica de Londres 2012, aunque para esta última quede todavía un buen trecho.
La mayoría de la gente que hemos pasado la infancia o la adolescencia en la década de lo 80, recordará una curiosa película de Michael J. Fox. Su protagonista era un chaval de instituto que no destacaba demasiado en el equipo de baloncesto. Hasta que un buen día descubre un tremendo secreto: es un hombre lobo. Su vida como hombre lobo cambia diametralmente de sentido, convirtiéndose en el más popular del instituto y en estrella del equipo de baloncesto gracias a las aptitudes físicas que consigue con su conversión lupina. En España, la película recibió el nombre de "De pelo en pecho", siendo su título original "Teen Wolf".
Actualmente, en la NFL se ha puesto de moda que los jugadores se cambien el nombre. Y el jugador de segundo año de Tampa Bay, Greg White, no ha querido ser menos. La cuestión es que la película preferida de White es, precisamente, "Teen Wolf". Debido a ésto, ha rebautizado su nombre como el de uno de los personajes de la película, concretamente el del amigo de Michael J. Fox. Como este personaje se llamaba "Stiles", el jugador de los Bucaneers ha inscrito su nombre en el juzgado del condado de Hillsborough como Stylez G. White, sustituyendo la 's' del nombre original por una 'z' para, según palabras del propio White, darle un aire más fesco al nombre.
La noticias es bastante curiosa y pintoresca. A mí, personalmente, me ha llamado la atención, porque hace poco volví a disfrutar visionando las aventuras de este lobo adolescente. De todas formas, si yo fuera un loco jugador de la NFL y quisiera cambiarme el nombre, sin duda usaría el de otro personaje de Michael J. Fox: Marty McFly. Seguramente, alguien lo hará algún día y sino tiempo al tiempo. Mientras tanto, ya se ha abierto la veda en la NFL con este cambio de nombre.
Este fin de semana se disputaron los campeonatos de Europa de piscina corta en la localidad croata de Rijeka. España tuvo una actuación bastante destacada comparada con la decepción que se produjo en Pekín. Y sobre todos los nadadores españoles destacó Mireia Belmonte.
La nadadora catalana ha conseguido una proeza casi sin parangón en el panorama español. En la final de los 400 metros estilos, Mireia se colgaba la medalla de oro al cuello batiendo el récord mundial de la especialidad. En la historia de la natación española, sólo dos nadadores habían conseguido una proeza similar batiendo una plusmarca mundial. A los nombres de Martín López Zubero y Nina Zivanevskaya se ha unido desde el domingo la joven Mireia Belmonte.
Mireia llegaba a estos campeonatos europeos después de una decepcionante actuación en los Juegos Olímpicos. Bien su juventud o bien los nervios, le jugaron una mala pasada a la nadadora de Badalona en aquella cita. Pero lejos de desanimarse, Mireia lo ha dado todo en Rijeka.
A priori, la final de los 400 estilos se presentaba bastante abierta. Tras los primeros 200 metros, la mayoría de los especialista no daban un duro por Mireia tras pasar quinta. Pero en la segunda parte de la prueba, las tornas cambiaron. Mireia apretó los dientes y, en unos 200 metros finales antológicos, consiguió remontar hasta la primera posición llevándose la medalla de oro y dejando el récord mundial en unos excelentes 4:25.06.
Tras estos campeonatos, parece que la natación española remonta el vuelo después del fiasco de Pekín. Los españoles han conseguido 7 medallas y 14 finalistas. A la medalla de oro de Mireia se suma la de Aschwin Wildeboer, las dos platas del propio Wildeboer y la de Rafa Muñoz, y los bronces de Alan Cabello y de Muñoz. Esperemos que la natación en España consiga evolucionar del mismo modo que lo están haciendo otras disciplinas. De momento, parece que vamos por el buen camino.
La camiseta del equipo argentino de Boca Juniors es una de las más vendidas en todo el mundo. No sólo en Latinoamérica, sino incluso en el continente europeo ha causado furor. En muchos estadios españoles, como el Carranza o el Madrigal, podemos ver hinchas animando a sus respectivos equipos con una camiseta de Boca, por la similitud de sus colores. Pero, ¿por qué tiene esos colores la camiseta del equipo bonaerense? Es una pregunta que siempre ha rondado mi cabeza.
El origen de los colores que sirven de estandarte a un equipo puede proceder de muy diversas fuentes. En muchos casos, el fundador del club adopta los colores del equipo de su tierra de procedencia, como ocurre en el Barcelona, donde Joan Gamper tomó prestados los colores del Basilea para erigir el club. Otros clubes toman como colores para su equipación, los mismos que viste el equipo al que más admiran. Este es el caso del Leesd United que, en honor al Real Madrid, copiaron los colores del equipo merengue para sus equipaciones.
Pero en el caso de Boca Juniors, la historia del origen de los colores azul y amarillo de sus camisetas es bastante curiosa y original. En el primer partido que Boca disputó, los xeneizes llevaban una camiseta de color rosa. La equipación no tuvo mucho éxito, ya que pueden imaginarse las burlas del equipo contrario hacia el pintoresco color de la camiseta de Boca. Evidentemente, se optó por cambiar de diseño, eligiendo rayas verticales blancas y azules. Como esta indumentaria no terminaba de cuajar entre los directivos y aficionados, se decidió realizar una serie de reuniones entre los mismos para llegar a un consenso.
En una de esas reuniones, un aficionado llamado Juan Brichetto tuvo una curiosa idea que satisfizo a la mayoría. Este hombre se encargaba en el puerto de dar paso a los barcos que navegaban por la dársena. Por este motivo, propuso elegir como colores de la camiseta xeneize, los de la bandera del primer barco que entrara en la dársena. La propuesta caló hondo entre los asistentes a la reunión y, sin perder tiempo, decidieron poner rumbo al puerto para comprobar cual era el primer barco que por allí asomaba.
Ante la expectación de la gente congregada en las inmediaciones del puerto, el primer barco que apareció fue uno con la bandera de Suecia. Desde entonces y para siempre, los colores azul y amarillo quedarían ligados a la historia de Boca Juniors. Una vez elegidos los colores, Boca comenzó a jugar sus partidos con la camiseta totalemente azul y una banda diagiona amarilla que la cruzaba, al estilo de River Plate. Como esta configuración no convencía mucho, se decidió fijar dicha banda de forma horizontal en 1910. Desde entonces, la camiseta de Boca se ha convertido en una de las más populares en el mundo futbolístico.
El clásico del fútbol español entre Barcelona y Real Madrid nos ha dejado un panorama desolador en la otrora liga de las estrellas. Parece que la liga está sentenciada y, a menos que haya un descalabro blaugrana, el Barcelona sumará un nuevo título en sus vitrinas. Ya sé que quedan muchas jornadas por delante y pueden pasar muchas cosas, pero lo cierto es que el Barcelona, hoy por hoy, no tiene rival en España. Ante Sevilla, Valencia y Real Madrid, el equipo blaugrana ha sumado 9 goles a favor y ninguno en contra. Estos datos ante los equipo punteros de la liga, a falta de su enfrentamiento ante el Villarreal, nos hacen ser poco halagüeños de cara a la resolución de la liga. Mucho tienen que cambiar las cosas para que veamos una liga competitiva.
Mi esperanza recaía sobre el Real Madrid. Una victoria del equipo merengue en el Camp Nou hubiera cambiado el panorama liguero y hubiera reavivado el fuego del campeonato. Y las cosas no empezaron mal para los madridistas. Juande planteaba un partido a la contra, con mucho rigor defensivo y con un inspirado Casillas. Pero para que el plan funcionase, necesitaba que sus jugadores remataran al Barcelona al contragolpe, y éstos no fueron capaces de hacerlo. Y eso que tuvieron dos ocasiones bastante claras para adelantarse en el marcador, pero ni Drenthe primero, ni Palanca después, consiguieron perforar la meta defendida por Víctor Valdés. Al final, el Barcelona no cesó en su empeño y consiguió llevarse la victoria en un golpe de suerte a la salida de un córner.
Tras la finalización del partido, la prensa de ambas ciudades sacaban sus conclusiones. La de Madrid miraba la botella medio llena y comentaba que los merengues les plantaron cara a los culés. En cambio, la prensa de Barcelona se hacía eco de la actitud defensiva del Real Madrid calificándola como de equipo pequeño. Evidentemente, cada uno tira para su lado, aunque yo tengo mi propia opinión.
Según mi punto de vista, el Real Madrid no salió reforzado y ni siquiera dió síntomas de mejoría. Pero si atisbó la estrategia a seguir para derrotar al Barcelona, sobre todo en la Champions League. El Barcelona no consiguió ponerse por delante hasta el minuto 80, y el Real Madrid incluso pudo haberlo hecho antes. Partiendo de la base que el equipo merengue adoleció en el equipo que presentó el sábado de jugadores de primer nivel (porque Higuaín todavía no lo es por mucho que se empeñen algunos), el Barcelona no supo como meterle mano al partido. Probablemente, si Robben y Van Nistelrooy hubieran estado en el campo (los únicos jugadores de la plantilla del Real Madrid que se pueden considerar resolutivos por sí mismos), a lo mejor el partido hubiera seguido otro derroteros.
Evidentemente, esta táctica de plantear el partido a la contra ante el Barcelona no se la puede permitir casi ningún equipo de la liga española (por eso mi opinión es que la liga está sentenciada), pero en la Champions es otra historia. Equipos como Chelsea, Inter, Manchester United o Bayern de Munich si tienen cracks de medio campo en adelante y que pueden ser bastante peligrosos a la contra. Estos equipos habrán tomado buena nota de cómo jugarle al Barcelona y el equipo culé debe estar preparado para tener mayor respuesta ante una táctica parecida.
El Barcelona tiene problemas ante equipos que se encierran debido a que su juego no es tan preciosista como se dice. Realmente, la mayoría de los goles blaugranas llegan tras un robo de balón al contrario. La presión en la salida de balón es clave para estos menesteres y la mayoría de los equipos adelantan demasiado sus líneas cuando juegan ante el Barcelona, con lo que benefecian la contra culé. El secreto del Barça no es el "tiquitaca" ni la posesión de balón. Es la presión. Es la virtud más importante que Guardiola ha conseguido recuperar para los suyos. Y encima si cuando ésto no funciona tienes un abrelatas llamado Messi pues mejor que mejor.
Creo que la liga está decidida, a no ser que al Barcelona le ataque una plaga de lesiones o que el Real Madrid vire su rumbo 180 grados. Por lo tanto, la emoción este año deberemos dejársela a la Champions. Aunque vista la insalvable distancia, todavía recuerdo la liga de hace dos años que consiguió remontar el Real Madrid con partidos épicos a más no poder. ¿Conseguirá el Real Madrid repetir aquella gesta? Yo lo dudo, pero lo emocionante que sería no tendría precio.
Se acabó. El periplo del alemán Bernd Schuster al frente del Real Madrid ha concluido. En la mañana de ayer, Mijatovic, apoyado por Ramón Calderón, tomaba la dura decisión de cesar al técnico alemán. No tan dura, si vemos la celeridad con la que le han encontrado sustituto. La rápida presentación de Juande Ramos como nuevo entrenador del Real Madrid nos haces sospechar que la destitución de Schuster estaba más que cantada.
Bajo mi punto de vista, Schuster no ha aportado nada a la escuadra merengue. Llegó con un equipo henchido por la última liga conseguida, con un espíritu de sacrificio y lucha que todavía hoy da sus últimos coletazos, pero la realidad es que el Real Madrid nunca llegó a jugar bien. La gota que colmó el vaso de la paciencia del alemán se produjo en verano, cuando el alemán pidió fichajes y no se los dieron. Entonces Schuster se ha dedicado a forzar su cese, con salidas de tono en las ruedas de prensa, con actitudes de pasotismo y sin buscar soluciones a las carencias de la plantilla. Un buen entrenador se pone de manifiesto cuando un equipo pasa sus peores vicisitudes en forma de lesiones o no encuentra su esquema de juego. Pero Schuster lo único que ha hecho es cambiar de jugadores en cada posición, sin buscar un esquema diferente o más apropiado para el equipo. Siempre he pensado que el esquema se debe de adaptar a los jugadores y no al revés. En muchos mentideros futbolísticos se sigue hablando bien del alemán, tildándole de valiente y de no tener tapujos. Pero la valentía se demuestra con actos, y los actos de Schuster no es que hayan sido muy valientes que digamos. Por ejemplo, Raúl ha sido siempre titular con el alemán, cuando el 7 madridista lleva unas cuantas temporadas a medio gas.
El sucesor es Juande Ramos, un entrenador que ha triunfado y fracasado a partes iguales en su carrera profesional. Veremos si sus métodos especiales, con dietas basadas en papillas y demás, dan los resultados esperados. Lo que está claro es que Juande puede conseguir muy buenos resultados, como ya demostró en el Sevilla, y sacar petróleo de jugadores que, a priori, no tienen tanto relumbrón. Es un fichaje muy acertado para la Champions, ya que el técnico manchego es un especialista en eliminatorias a doble partido. La primera prueba de fuego es dura. Hoy debutará en el banquillo ante el Zenit, un equipo que siempre se le ha dado bien, pero el fin de semana le espera el gran clásico del fútbol español. El Real Madrid tiene todas las papeletas de perder ante el Barcelona y esto supondría un casi seguro adió a la liga. Parece una utopía que el Real Madrid consiga sacar algún punto del Camp Nou, y llevarse la victoria sería un auténtico milagro. Pero, ¿y si el milagro se llama Juande Ramos? El fin de semana saldremos de dudas.
Uno de los hecho más increíbles de la historia del deporte se dió en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1980 celebrados en Lake Placid, un centro de ski ubicado en el estado de Nueva York. Nos encontramos en plena guerra fría, con Estados unidos y la URSS abanderando el enfrentamiento entre el comunismo y el capitalismo. De todas las competiciones que iban a celebrarse en Lake Placid, la de hockey sobre hielo era la que tenía un favorito más claro para llevarse el oro olímpico. La selección de la URSS tenía en su poder los últimos 4 oros olímpicos disputados en esta disciplina y, además, en los últimos siete torneos internacionales no se habían bajado del primer escalón del podium.
Con este panorama, los estadounidenses no tenían muchas esperanzas con su selección de hockey. Máxime cuando la misma estaba formada por jugadores universitarios, en comparación con los soviéticos, que podían considerarse como casi profesionales. La prensa norteamericana especializada calificaba de milagro que la selección soviética no consiguiera ganar el torneo. Además, para mas inri, el último partido de preparación de los Estados Unidos los enfrentó a los soviéticos, saliendo vapuleados del Madison Square Garden por un contundente 10-3. Con todos estos antecedentes, el torneo tenía todos los visos de convertirse en un paseo militar de la selección soviética.
Las 12 selecciones participantes se dividieron en dos grupos de 6, pasando los dos primeros de cada grupo a una ronda final. En esta ronda, cada equipo se enfrentaría contra los dos clasificados del grupo ajeno. De manera que, sumando los puntos de estos dos enfrentamientos más los conseguidos en el partido de la ronda anterior contra el equipo clasificado del mismo grupo, el combinado con más puntos se alzaría con la medalla de oro.
Los norteamericanos y los soviéticos se encuadraron en grupos distintos. La selección de la URSS arrasó en esta primera fase, consiguiendo espectaculares goleadas en los tres primero partidos, aunque en los dos últimos ganaron con más apuros de los esperados a las selecciones de Finlandia y Canadá. Los fineses acompañaron a los soviéticos a la ronda final como segundos de grupo. Por su parte, los estadounidenses fueron de menos a más, cediendo un empate en la primera jornada ante Suecia y ganando el resto de sus partidos. El equipo norteamericano pasó a la ronda por las medallas como segundo de grupo tras los suecos, debido a la mejor diferencia de goles de estos últimos.
Tras estos resultados, el torneo determinó el enfrentamiento entre la URSS y EEUU en el primer partido de la ronda final. El 22 de Febrero de 1980 en el Olympic Center de Lake Placid se produjo uno de los milagros deportivos más increíbles de la historia del deporte. El partido comenzó como se preveía, con los soviéticos dominando el juego y adelantándose en el marcador. Pero, según pasaban los minutos, el público pudo comprobar que la débil selección estadounidense, que había recibido un serio correctivo días atrás en la Gran Manzana, conseguía plantarle cara a los todopoderosos soviéticos. Al finalizar el primer período del partido (en hockey sobre hielo los partidos se dividen en tres períodos), el marcador reflejaba un empate a dos, tras conseguir los estadounidenses nivelar el resultado hasta en dos ocasiones.
Al finalizar el segundo período, los soviéticos lideraban el marcador con un sólo gol de ventaja (3-2). Viendo el increíble esfuerzo de los norteamericanos, el pabellón era un auténtico hervidero donde sólo se escuchaban gritos de ¡USA, USA!. El tercer período del partido fue una auténtica locura. En los primeros 10 minutos del mismo, los norteamericanos consiguieron empatar el encuentro. El público no creía lo que veía y aullaba de locura en las gradas. Pero todavía quedaba por llegar lo mejor. Dos jugadas después del empate a tres, el capitan norteamericano, Mike Eruzione, recibía el disco y, sin pensárselo dos veces, remató hacia portería, consiguiendo el gol más importante de su carrera. Estados Unidos lideraba el marcador por primera vez en el encuentro y el graderío era una auténtica olla a presión. Los últimos diez minutos se convirtieron en un asedio constante de los soviéticos que no se creían lo que estaba pasando. Los norteamericanos se defendían con uñas y dientes, sabedores de que se encontraban en una situación única en la vida. A falta de pocos segundos para terminar el partido, el locutor de la ABC, Al Michaels, inmortalizó la frase que ilustra el titular del post: "Do you believe in miracles? Yes" (¿Crees en los milagros? Yo sí).
La selección estadounidense había conseguido la gran gesta. La victoria por 4-3 ante la URSS ha sido considerada, con el paso del tiempo, como el hecho deportivo más importante del siglo por revistas como Sports Ilustrated. Después llegó la victoria ante Finlandia por 4-2 en el segundo partido de la ronda final, lo que rubricó la proeza norteamericana con la medalla de oro. Mientras todo Estados Unidos se hacía eco de la noticia, en la URSS ni siquiera se publicó una breve reseña sobre lo ocurrido.
Mucho se ha escrito y hablado sobre este partido, que se llegó a conocer como Milagro en el Hielo. No hace pocas fechas se llevó la historia a la gran pantalla con el título de "Miracle", siendo el entrenador del equipo, Herb Brooks, interpretado por Kurt Russell.
Este encuentro marcó un antes y un después en la historia norteamericana, demostrando que el esfuerzo y superación pueden tener su recompensa. Sin duda alguna, supuso un punto de inflexión para los Estados Unidos en una época donde el país estaba sumida en una profunda decadencia. A partir de ese momento, la nación norteamericana pareció renacer de sus cenizas y consiguió remontar el vuelo tras una década plagada de desilusiones. ¡El pueblo norteamericano empezó a creer en los milagros!
A continuación se muestran un par de vídeos: el primero con los segundos finales incluyendo el célebere "¿Do you believe in miracles?", y el segundo con un resumen del partido:
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