EE.UU. vuelve a reinar en el golf mundial

Nueve años después, EE.UU. volvió a ganar la Ryder Cup. Los americanos hicieron valer la ventaja de dos puntos con la que partían al inicio de la jornada dominical y en los partidos individuales refrendaron las buenas sensaciones de los dos días anteriores. Al final, la victoria fue por 5 puntos de ventaja, 16.5 a 11.5, lo que demuestra la superioridad estadounidense en esta Ryder. Una victoria sin paliativos.

Se abría la jornada del domingo con los europeos a sólo dos puntos. No era una distancia insalvable y el capitán europe, Nick Faldo, no escondió sus cartas y puso toda la artillería pesada en juego. Para comenzar, Faldo alineó de salida a Sergio García para presionar a los norteamericanos. Pero el castellonense no respondió como se esperaba y perdió estrepitosamente contra el novato Anthony Kim. A partir de aquí, los europeos se vinieron abajo y no pudieron arrebatarle el triunfo a los americanos. Triunfo que el equipo estadounidense nunca vió peligrar ante la mala actuación de las estrellas europeas.

Si el rendimiento de Sergio García fue pésimo en esta Ryder, con sólo un punto en 4 partidos, peor fue el del otro galáctico de la selección europea, Padraig Harrington. El irlandés llegaba a esta competición tras ganar dos Grand Slams este verano (PGA y British) y como máximo estándarte de los europeos; pero su bagaje ha sido tan pobre que sólo ha sumado medio punto de cuatro posibles. Del carro del equipo europeo tuvieron que tirar los novatos, evitando que la victoria norteamericana fuera más holgada si cabe. Destacó, sobre todo, el inglés Ian Poulter que firmó la mejor estadística del equipo con 4 puntos en 5 partidos.

El triunfo de EE.UU. se basó, sobre todo, en el trabajo colectivo de todo el equipo. Los americanos no contaban con el número uno del golf mundial, Tiger Woods, y su plantel, a priori, era uno de los más débiles que se recuerdan en la historia de la Ryder. Pero gracias al gran trabajo de su capitán, Azinger, el equipo estadounidense remó todos a una contra las estrellas europeas y demostró que es mejor cimentar un equipo en el conjunto de todos sus miembros en lugar de basarlo en individualidades. La revancha dentro de dos año en Gales.

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